martes, 8 de abril de 2014

Nos hacen creer

Esta mañana estaba escuchando en una emisora de noticias me topé con una entrevista a Irina Shayk, modelo, novia del futbolista Cristiano Ronaldo. Ella es espectacular. Modelo de, entre otras marcas, Victoria's Secret, y por estos días está haciendo un catálogo para una marca de vestidos de baño en Cartagena, evento que motivó la entrevista.

Entre muchas preguntas banales, algunas tontas, otras sin respuesta, surgió la famosa pregunta "¿hay algo en su dieta que no coma?" Y la respuesta, como todas las que dan las modelos fue: "No. En realidad yo como de todo." Incluso uno de los periodistas comentó que a la modelo le encantó el arroz con coco y el plátano pícaro.

¡Qué deshonestidad!

No tengo en nada en contra de las modelos de cuerpos perfectos. Es su herramienta de trabajo, hay que cuidarlo. Pero no nos crean tan estúpidas a las mujeres que no somos modelos, como para echarnos el cuento que solo con ejercicio se logra tener cuerpo perfecto para un catálogo de ropa interior.

Sé que puede ser una indignación personal muy tonta, pero nos quieren hacer creer que encajar en el estereotipo de 'mujer perfecta' es fácil, y no. Cuesta trabajo, esfuerzo y dedicación. No es imposible, pero no es así de fácil como lo hacen ver.

A ese "Yo como de todo" hay que ponerle un par de asteriscos. "Como de todo... menos harinas, azúcares o alimentos con gluten"... "Como de todo, pero antes de las 5 de la tarde no puedo comer harinas, los jugos de fruta solo al medio día y una sola harina al día, máximo" ... "Como de todo, pero en pequeñas porciones o cantidades".

Qué tiene de malo que las modelos respondan: "Sí, hago dieta. No como pizza ni hamburguesa. Las salsas y los postres solo una vez a la semana, me mato haciendo ejercicio dos horas al día o más"... Me parece más meritorio, porque se esfuerzan por mantenerse hermosas para poder tener muchos contratos. El mismo esfuerzo de quienes madrugamos a la oficina para ganarnos un sueldo.

Quisiera entender la razón para este discurso. Nos venden la idea de que ser delgada, con medidas perfectas es fácil. Ya entiendo por qué hay tantas que recurren a la liposucción, y todos esos procedimientos. Porque una buena figura no es para holgazanas, que comen mal y a deshoras todos los días.

En lo personal, hasta hace unos años pensaba que quizá con solo dejar de comer un poco, podría adelgazar. Resulta que no. Engordé hasta 85 kilos, peso muy por encima de lo que debería tener por salud. Entré a un gimnasio, entreno 1:00 o 1:30, 5 veces a la semana. Dejé de echarle azúcar a los jugos, no tomo leche por la mañana, las harinas solo existen antes de las 6 de la tarde, los helados quedaron restringidos a los fines de semana, las gaseosas están vetadas, el pan fue reemplazado por galletas integrales.

Hoy peso 13 kilos menos y volví a ser talla 10. Y aún quedan rollitos en la panza y un poco de celulitis por anular. Y, me dice mi entrenador que si sigo comiendo harina, queso y helados, no voy a tener NUNCA la barriga marcada... Así, que me voy olvidando de la idea, porque a diferencia de lo que dicen las modelos en los medios, SÍ hay que dejar de comer ciertas cosas, así se haga mucho ejercicio, para tener abdomen plano, por lo menos.

Soy la prueba viviente de que se puede bajar de peso y tener una vida saludable. Pero cuesta. Hay que hacer el esfuerzo, comprometerse, incluso a veces buscar quien te haga porras para poder seguir.

En esto no hay nada imposible. Pero lo que sí es cierto, que si los príncipes y princesas de Disney no existen... los cuerpos productos del CERO esfuerzo, tampoco.



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